Al evitar a los pumas, los ciervos están cambiando la vegetación a su alrededor de forma drástica

El miedo a los humanos influencia el comportamiento de los animales, y esto, a su vez, afecta las plantas que comen

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a puma perched on a rock

Photo by Priscilla Du Preez on Unsplash  

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Los humanos modificamos nuestros alrededores como mejor nos parece. Somos capaces de eliminar cualquier animal, desde un caracol inconveniente en el jardín hasta un lobo con la costumbre de matar ganado. No es de extrañar que los animales nos tengan miedo.

Pero los efectos de ese miedo se hacen notar más allá de los animales. Los animales son criaturas adaptables. Se adaptan a nuestros horarios y comportamientos modificando los suyos propios. Y estos cambios en sus comportamientos tienen consecuencias. Los efectos ecológicos de estos cambios se extienden hasta los grandes carnívoros, como los pumas.

Los pumas viven a lo largo de las Américas, desde la Patagonia en el sur hasta las regiones sub-árticas de Canadá. Pero la mayoría de la gente que vive en esos lugares pasará todas sus vidas sin ver a un solo puma. Ellos saben cómo evitarnos, y los animales que suelen ser presas de los pumas lo han notado.

Un nuevo artículo publicado en la revista científica Ecosphere ha encontrado que los ciervos de cola negra en las montañas de Santa Cruz de California están pasando más tiempo en las áreas del bosque más cercanas a la habitación humana. Y no es porque las plantas allí sean de mejor calidad o sepan mejor, o porque los humanos les estén dando de comer. Es porque los pumas están asustados de acercarse a estas áreas donde hay gente en las cercanías, y por ello evitan ir a esas áreas.

Los pumas están pasando tanto tiempo en esas áreas de los bosques que los están modificando. Las plantas en estas áreas se están volviendo más arbustivas, ya que los ciervos están básicamente podando las plantas. Esto, a su vez, crea más comida para los ciervos, creando un escenario ideal para los ciervos. Necesitamos más investigación para saber cómo estos cambios afectan a otros animales en estas áreas, como los pájaros o los insectos, pero el efecto indirecto que la presencia de los humanos ha causado en el paisaje está claro.